miércoles, 10 de abril de 2013

A mi esposo Esta carta te la escribo a tí, mi querido esposo, con las ultimas fuerzas que me quedan, después de tener una pequeña riña contigo... Recuerdo cuando nos conocimos lo caballero que eras, limpio, elegante, atento, educado... un hombre como pocos según mis ojos ciegos, y a pesar de tu mala actitud no me daba cuenta de nada, y me fui enamorando como loca de ti, dependía de tus caprichos, ya sabes, educada a la antigua con moral y con prejuicios. Tú para conjugar todo, me regalaste ilusiones, miles de estrellas y buenos deseos , sin duda me convenciste que eras con quien deseaba pasar el resto de mi vida.Una tarde toda ilusionada enamorada y vestida de blanco , recorrí el Sendero para llegar a ti, con la esperanza de que nuestro mundo seria siempre de color de rosa, y llego el tan ansiado ... "Hasta que la muerte nos separe" todos aplaudieron, tus ojos brillaron, ilusa si, sellaste el pacto con Besos de Sangre invisible... Fiesta y solo 2 semanas de vida armoniosa, porque una mañana te enojaste pues tu camisa preferida no estaba planchada, ahí comenzó todo, me golpeaste y saliste apresurado, pensé: tengo la culpa por no tener su ropa limpia y te perdone; como si nada hubiera pasado... y a tí, por la noche, me entregue aún con el cuerpo adolorido. Este mal trato fue más continuo con la llegada de los niños, pues te incomodaban sus gritos,sí, ni dudarlo corazón eras precavido me golpeabas diciéndome que "Era la forma de demostrarme tu cariño" y yo lo creía, necesitaba hacerlo, porque te amaba y no podía dejarte, la maldita excusa de siempre : ¿ Que dirán de mi ? ó los niños están pequeños y necesitan a su papá, y siempre te justificaba por no aceptar que era mi cobardía a enfrentar la vida en soledad, el motivo real para que no te abandonaba, además el juramento y la alianza de que nos separe la muerte ¿ como romperlo ? Si esta vida la había elegido YO nadie me forzó. A veces tus golpes ya no me dolían, fuiste cruel y yo cobarde, hicimos de esto una rutina, me pegabas como para reafirmar jerarquía, tú eres el que manda, soy tu mujer y tengo que obedecer, nada ni nadie nos podía separar creo que en lugar de casarnos, para tí fue comprarme para tener sirvienta y prostituta gratis, no una mujer para amar y compartir. Esta noche me golpeaste como nunca en el vientre, la cara todo el cuerpo y casi me desvanecí, te asustaste y saliste despavorido, yo tome fuerzas de nada y salí a denunciarte ( que tarde.... ) pues a media calle, esta mi cuerpo inconsciente y mientras me llevan al hospital voy pensando que es verdad, solo la muerte nos va a separar, una promesa que cumpliremos; una muerte que loca y ansiosa en tus manos fui a encontrar y todo por amarte y ser cobarde, no tolerar el ¿ que dirán? Si eso es, ahora llego el fin y veo a mis hijos que lloran les han anunciado mi fallecimiento, no los puedo consolar, y me pregunto ¿ Porqué no te dejé el primer día que me golpeaste? Ellos hubieran sido felices y no tan temeroso de tí y de mí.... Ya se va y acaba el sufrimiento ahora lloras e imploras mi perdón, llevando a mi tumba flores como cuando éramos novios ¿ Para qué ? Esas no las quería ni en vida, solo anhelaba tus caricias y tu aceptación, y solo obtuve tus golpes y mi propia humillación. Te dejo amor mío, por fin la muerte nos separó ( cumplí la promesa) eres libre, solo te pido que ya no golpees a nadie; mi cuerpo y mi alma por fin ya no sienten dolor. Atentamente Tú mujer a la que golpeabas y que por cobarde nunca se defendió. © autor: Una mujer fallecida

viernes, 1 de marzo de 2013

UNA DE MUCHAS HISTORIAS ANONIMAS Y DESCONOCIDAS.

Un amanecer más, no sé qué me esperará en este día, tal vez sean nuevas aventuras, o tal vez solo tratar de sobrevivir; quiero presentarme, no tengo nombre, pero pude llegar a ser un muy buen amigo. La vida ha sido grandiosa conmigo, aún estoy vivo, desde que nací mi madre nos abandonó, el único recuerdo que tengo de aquel momento en que ella se marchó es, que alguien muy grande la perseguía, y ella solo luchaba para protegernos a mí y a mis hermanos, después de eso no volví a ver a mi madre. La vida ha sido grandiosa conmigo, después de que mi madre se marchó, nos quedamos vagando por la calle, y aunque no sabíamos dónde estábamos, también era seguro que no sabíamos para dónde íbamos. La gente al vernos caminar sin rumbo, manifestaba en su rostro un sentimiento de cariño y compasión y muchas veces nos dieron algo de comida. Poco a poco mis hermanos y yo fuimos creciendo, y todo empezó a cambiar, el acercarnos a alguien, solo era un equivalente a escuchar frase como: “quita de aquí”, “largo” y cosas así, solo por resaltar lo más bonito; ya no nos miraban con cariño, los ojos de la gente ahora expresan desprecio, y eso nos obligó a separarnos, a buscar cada uno su rumbo, su vida propia. Para sobrevivir buscaba y encontraba deliciosa comida que las personas nos colocaban en bolsas negras grandes, la verdad nunca entendí porque las dejaban casi en el fondo, tocaba escarbar y a veces me lastimaba, pero valía la pena, realmente valía la pena… después de vivir un tiempo solo me uní a un grupo de amigos que compartían el mismo presente que yo, la mayoría teníamos casi la misma historia, y coincidíamos en una extraña sensación de calor. La vida ha sido grandiosa conmigo, he recorrido toda la ciudad, conozco hasta el más oscuro callejón, las más silenciosas calles, he sido testigo fiel de los amaneceres y atardeceres en pleno esplendor, y hasta tuve uno que otro amorío, y vaya que si lo disfrutaba al máximo, pero ya todo se oscureció… Hace un tiempo atrás, fui víctima de aquellos que buscan solo una armonía física y desprecian a los que la vida nos quitó la oportunidad de resaltarla. En una larga tarde lluviosa, una tarde aparentemente normal a pesar del agua que caía, me encontraba caminando por la calle en busca de un refugio, de pronto se acercaron a mí, cuatro personas, dos de ellas me miraban con odio, y las otras dos solo miraban el lugar, y exclamaban “vas a ser una rica salchicha o tal vez sea otro asqueroso animal que irá a nadar al rio” no entendía a que se referían, pero sin dudarlo, salí corriendo, y ellos lo hicieron también detrás de mío - ¿Por qué me persiguen?- solo podía pensar en eso mientras corría con ansias de perderlos y ponerme a salvo, pero, resbale y me estrelle contra algo, no sé qué era en realidad, pero era algo muy grande. - ¡no puede ser, mi pierna, porque me duele tanto!- ladre con dolor, pero nadie vino a ayudarme, solo escuche un grito a lo lejos, que me decía “chite perro asqueroso, chite” y después sentí un gran dolor en mi cabeza por un golpe que no vi venir. Seguía la tarde lluviosa, aquellos que me perseguían no los volví a ver, por fin había encontrado el refugio, pero ahora estaba solo, no sabía dónde estaba, al llegar la noche sentí que el frio invadía toda mi vida y hoy que ya ha pasado una semana y veo el amanecer solo puedo recordar mi pasado y que la vida ha sido grandiosa conmigo por permitirme sobrevivir durante toda mi vida. Se dice que por cada 11 bogotanos hay un perro, se estima que en Bogotá existen alrededor 650.000 perros y 40.000 de ellos viven en las calles, alguno de ellos por abandono, para regular esta cifra la Secretaria de Salud creo el Centro de Zoonosis que tiene por objetivo “recolectar” 400 perros semanales que de no ser adoptados o reclamados por alguien serán sacrificados. También existen en Bogotá centros clandestinos de reproducción animal donde obligan a los animales a procrear con fines económicos, esto también es una forma de explotación animal, no apoyemos más este método de maltrato animal y al mismo tiempo menosprecio con algunos semejantes de los mismos, adoptar es la mejor opción, un gran amigo espera por ti y tendrás como recompensa cariño y gratitud por mucho tiempo.